Inicio PERSONAJESMás que ron y fruta tropical: la visión Tiki de Matías, el bartender que representará a Chile

Más que ron y fruta tropical: la visión Tiki de Matías, el bartender que representará a Chile

por Jaime Sanhueza Sanhueza
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La coctelería Tiki vive un renacimiento global. En un contexto donde los bartenders buscan reconectar con las raíces culturales y reinterpretar los clásicos desde una mirada local, Chile suma un nuevo nombre a esa ola: Matías Lago, quien representará al país en la final internacional de la Tiki League 2025.

En un escenario dominado por los rones caribeños y los vasos totems, su propuesta se desmarca con una mirada más íntima, natural y territorial. Matías no solo prepara cócteles Tiki: repiensa el concepto desde Chile, explorando ingredientes autóctonos, destilados locales y una narrativa espiritual que conecta con la naturaleza.

Quería que mi primer cóctel de autor hablara de mis gustos personales… Siempre fui fan de las cervezas IPA, con notas frutales y tropicales. Cuando empecé a estudiar coctelería y conocí el mundo Tiki, entendí que podía unir esas dos pasiones. Desde ese momento, supe que este era mi estilo”.

El camino de Matías Lagos hacia la Tiki League Chile fue, como él mismo dice, “una cuestión de tiempo”. Durante 2024 observaba con atención las publicaciones y videos de los competidores, absorbiendo la energía del torneo que reúne a los mejores bartenders del país.

Veía las historias de la edición anterior y me dije: algún día…, cuenta. “Después de un par de torneos sentí la confianza para anotarme en la edición 2025”.

Su preparación se basó en la improvisación Tiki, el aprendizaje por ensayo y error, y una metodología que define como kinestésica: aprender haciendo. Pero no todo fue lineal. “Durante el periodo de entrenamiento me quedé estancado; no sabía cómo progresar para salir de lo clásico y darle mi propia identidad. Ese fue mi mayor desafío”, recuerda.

La respuesta llegó durante una charla en la que comprendió la importancia de usar ingredientes locales para construir una identidad auténtica. Así nació, paso a paso, el “Mati’s Mix”:

“Un mix de licor falernum, horchata y jarabe demerara especiado, pero elaborados casi en su totalidad con ingredientes locales. Era una fórmula que ya usaba en mis cócteles Tiki con gin, pero hasta entonces no tenía nombre. En el torneo, fue con ese mix que competí: un cóctel Tiki de perfil especiado con Mati’s Mix, gin y moonshine, que luego culminé con una variación y rebalance con ron Botran en la final nacional.”

Su creación se transformó en una declaración de principios: el Tiki puede hablar con acento chileno.

Fotografía de Kori Films

Cada cóctel Tiki cuenta una historia, y el de Matías no fue la excepción. Su receta se convirtió en una metáfora de la conexión entre el bartender y la tierra que lo inspira.
Mi idea era transmitir los sabores de los ingredientes locales, mostrar que el Tiki también puede hablar desde el sur de Chile. Eso fue lo que conté al jurado”, relata.

Pero había algo más detrás. Matías había reservado una segunda parte de esa historia, una que planeaba compartir solo si llegaba a la fase global.
“Era mi sueño remoto en ese momento”, confiesa. “Pero ahora que estoy rumbo a la final internacional, esa segunda parte cobrará vida”.

En la próxima competencia, esa narrativa se materializará en una presentación que une mística, naturaleza y técnica.
Voy con un concepto claro, con la segunda parte de mi historia. Quiero que cada detalle tenga sentido, que cada ingrediente cuente algo. Y sobre todo, quiero compartir con otros bartenders que sienten esta misma pasión por el Tiki”

Matías se distancia del cliché tropical y plantea una reflexión sobre la evolución del movimiento Tiki dentro de la coctelería contemporánea.
Lo más difícil fue salir de lo típico, salir del ron y de la fruta. Soy una persona que disfruta experimentar, y pensé: si alguien ya lo logró antes, ¿por qué no hacerlo con otros destilados e ingredientes locales?”.

Ese espíritu experimental lo llevó a desarrollar una filosofía de trabajo basada en la identidad y el aprendizaje constante.
Cada día se puede aprender algo nuevo”, dice. “Más que una ola de creatividad, creo que estamos en constante cambio. Es difícil notarlo mientras estás dentro, pero cuando mires diez años atrás verás cómo evolucionó todo. Tal vez en 2035 haya otro estilo predominante, pero yo seguiré perfeccionando el Tiki cada vez que tenga la oportunidad”.

Su visión se alinea con una tendencia que hoy marca a muchos bartenders latinoamericanos: rescatar el territorio y la cultura como ejes creativos. En su caso, el uso de ingredientes locales no es solo una decisión técnica, sino una declaración de principios.

El Tiki es sinónimo de cultura y contacto con la naturaleza, no solo de decoración exótica”, comenta. “Es la oportunidad de reconectar con la historia, con las emociones que despiertan los sabores auténticos. Eso es lo que busco transmitir en cada cóctel”.

Fotografía de Kori Films

Representar a Chile en la Tiki League 2025 no solo es un logro personal, sino una puerta abierta a nuevas experiencias.
“Lo que más espero es encontrar aprendizaje”, confiesa. “Quiero conocer a otras personas con la misma pasión, intercambiar ideas, y mostrarles lo que tenemos en Chile y lo que podemos aportar al mundo de la coctelería”.

Aunque evita proyectarse demasiado, reconoce que su futuro en el movimiento Tiki apenas comienza.
“No he pensado mucho en lo que viene después”, admite con honestidad. “Pero sé que tengo muchas ideas que pueden aportar al mundo Tiki: desde nuevos mixes y estructuras de sabor, hasta formas de enseñar a equilibrar cócteles con destilados poco convencionales. El conocimiento se comparte, es la única manera de crecer juntos como industria.

Fotografía de Kori Films

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