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Irish Coffee: La Leyenda del Café con Whisky Irlandés

por Jaime Sanhueza Sanhueza
0 comentarios 2 minutos leer

La historia del Irish Coffee se remonta a la década de 1940, en plena Segunda Guerra Mundial. El aeropuerto de Foynes, situado en el condado de Limerick, Irlanda, desempeñaba un papel crucial como punto de escala para los hidroaviones que cruzaban el Atlántico. Las condiciones climáticas en la costa oeste de Irlanda a menudo eran inclementes, con fuertes vientos y densa niebla, lo que provocaba retrasos y desvíos en los vuelos.

En una fría noche de invierno de 1943 (algunas fuentes también mencionan 1942), un vuelo transatlántico con destino a Nueva York se vio obligado a regresar a Foynes debido a las difíciles condiciones meteorológicas. Los pasajeros, exhaustos y temblando de frío, fueron trasladados al restaurante del aeropuerto en busca de un reconfortante refugio.

Fue entonces cuando Joe Sheridan, el chef del restaurante de Foynes, tuvo la ingeniosa idea de ofrecerles una bebida caliente y vigorizante. Consciente del frío que calaba los huesos de los viajeros, Sheridan decidió añadir un generoso chorro de whisky irlandés al café, endulzándolo con azúcar morena y cubriéndolo con una capa de crema batida para conservar el calor.

Según relata la historia, un pasajero, tras probar la bebida, preguntó si se trataba de café brasileño. Sheridan, con una chispa de ingenio irlandés, respondió: «No, es Irish Coffee». Así, en medio de la niebla y el frío, nació un clásico. Como se menciona en un artículo de Malongo, una reconocida marca de café, sobre la historia del Irish Coffee: «Al barman Joe Sheridan se le atribuye la invención del café irlandés. Se cuenta que, en una noche fría y lluviosa, preparó esta bebida para calentar a un grupo de viajeros estadounidenses. Al parecer, los viajeros, encantados por la reconfortante bebida, preguntaron si el café era brasileño, a lo que Sheridan respondió: “No, es Irish Coffee”.»  

En 1945, el aeropuerto de Foynes cerró sus puertas y fue reemplazado por el nuevo aeropuerto de Shannon, situado a poca distancia. Joe Sheridan también se trasladó al nuevo aeropuerto, llevando consigo la receta de su creación. En Shannon, el Irish Coffee continuó ganando popularidad entre los pasajeros que hacían escala en Irlanda, consolidándose como una bebida emblemática del lugar.

La década de 1950 marcó un punto de inflexión en la historia del Irish Coffee. En 1952, el reconocido periodista de viajes del San Francisco Chronicle, Stanton Delaplane, visitó Irlanda y probó el famoso café en el aeropuerto de Shannon. Fascinado por su sabor y su historia, Delaplane se propuso llevar la receta a Estados Unidos.

De regreso en San Francisco, Delaplane compartió su entusiasmo con Jack Koeppler, propietario del Buena Vista Café, un popular bar de la ciudad. Juntos, se embarcaron en la tarea de recrear el auténtico Irish Coffee, enfrentándose a un desafío crucial: lograr que la crema flotara sobre el café sin hundirse. Tras numerosas pruebas y errores, finalmente encontraron la técnica perfecta, utilizando crema ligeramente batida y vertiéndola suavemente sobre el dorso de una cuchara.

El Buena Vista Café se convirtió rápidamente en un templo del Irish Coffee en Estados Unidos, atrayendo a multitudes de personas deseosas de probar la bebida. La popularidad del Irish Coffee se extendió rápidamente por todo el país y, desde allí, conquistó el resto del mundo. Como se menciona en un artículo de Bodeboca: «Casi una década después, en 1952, Stanton Delaplane, reportero del San Francisco Chronicle y años más tarde ganador del Pulitzer, probó la bebida en el aeropuerto internacional de Shannon, donde Sheridan trabajaba tras el cierre de Foynes, y entusiasmado, de regreso a su ciudad, le habló de ella a su amigo Jack Koeppler, dueño de The Buena Vista Cafe.»  

La receta original del Irish Coffee, aunque sencilla en su concepción, requiere atención a los detalles para lograr el equilibrio perfecto:

  • Café caliente: Un buen café recién hecho, fuerte y aromático, es la base de la bebida. Tradicionalmente se usa café negro, pero también se pueden utilizar otras variedades.
  • Whisky irlandés: El whisky irlandés, con su suavidad característica y notas afrutadas, es el alma del Irish Coffee.
  • Azúcar: El azúcar, preferiblemente morena, endulza la bebida y ayuda a estabilizar la crema.
  • Crema batida: La crema, ligeramente batida para lograr una consistencia espesa pero no rígida, se vierte cuidadosamente sobre el café caliente, creando una capa distintiva.

A lo largo de los años, el Irish Coffee ha dado lugar a diversas variaciones, adaptándose a los gustos y las tendencias actuales:

  • Con diferentes tipos de café: Desde espressos intensos hasta cafés filtrados más suaves, la elección del café influye en el perfil de sabor final.
  • Con otros licores: Se han explorado alternativas al whisky irlandés, como el brandy, el ron o incluso licores de crema, creando nuevas experiencias gustativas.
  • Con especias: La adición de especias como canela, nuez moscada o clavo de olor puede aportar un toque cálido y aromático, especialmente apreciado en los meses más fríos.
  • Versiones frías: Para los climas cálidos, se han desarrollado versiones frías del Irish Coffee, utilizando café frío o añadiendo hielo.

Aunque no existe una fecha de creación exacta del Irish Coffee, se ha popularizado la celebración de su día el 25 de enero. No hay una razón histórica concluyente para esta fecha, pero se cree que podría estar relacionada con la época en que Stanton Delaplane lo popularizó en Estados Unidos o simplemente una fecha elegida para celebrar este clásico en pleno invierno del hemisferio norte. Lo importante es que esta fecha sirve como una excusa perfecta para disfrutar de un buen Irish Coffee y brindar por su historia.

El Irish Coffee ha recorrido un largo camino desde su creación en un aeropuerto irlandés. Su historia es una mezcla de casualidad, ingenio y la pasión por ofrecer hospitalidad. Hoy en día, sigue siendo un símbolo de calidez y confort, un clásico que se disfruta en todo el mundo y que continúa inspirando a bartenders y baristas a crear nuevas y deliciosas variaciones. Brindemos, entonces, con un Irish Coffee, por su rica historia y por su capacidad de seguir calentando nuestros corazones.

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