Cada 3 de marzo, los conocedores y apasionados del whisky alzan sus copas para celebrar el Día del Whisky Irlandés, una fecha que rinde homenaje a una de las bebidas espirituosas más antiguas y veneradas del mundo. Esta conmemoración, impulsada por el escritor y experto en whisky Stuart McNamara, busca reivindicar la rica herencia y la calidad excepcional del whisky irlandés, una bebida que ha cautivado paladares a lo largo de los siglos.
Stuart McNamara, un apasionado del whisky con profundas raíces irlandesas, observó con preocupación cómo el whisky irlandés era frecuentemente relegado a un simple «shot» en festividades como el Día de San Patricio, sin reconocer su complejidad y tradición. Con el objetivo de honrar el legado detrás de cada gota, McNamara instauró el Día del Whisky Irlandés, una fecha para educar, apreciar y celebrar esta bebida espirituosa.

La elección del 3 de marzo no es arbitraria. El número 3 posee un significado especial en la cultura irlandesa, presente en símbolos icónicos como el trébol y la bandera nacional. Además, el whisky irlandés se distingue por su triple destilación y sus tres variedades principales: Single Malt, Single Grain y Single Pot Still. Esta fecha también sirve como antesala al Día de San Patricio, el 17 de marzo, permitiendo a los aficionados prepararse para celebrar con conocimiento y aprecio.
Los orígenes de la destilación probablemente se encuentran en Asia, donde los alambiques se utilizaban con fines medicinales. Durante la Edad Media, el conocimiento de este proceso se difundió lentamente. Una de las primeras referencias se encuentra en el «Libro Rojo de Ossory», un manuscrito medieval irlandés del siglo XIV. Este libro, que debe su nombre al color de su encuadernación de cuero, registra en latín el proceso de destilación.
La primera mención registrada del whisky irlandés tal como se le conocía en ese tiempo, fue en 1405 en una descripción escrita de los «Anales de Clonmacnoise», donde el jefe del clan murió después de tomar un trago del «aqua vita». Cabe señalar que el whisky irlandés era muy diferente en aquel entonces, teniendo muy poco parecido con el whisky que conocemos hoy. Mientras que en Escocia la primera referencia escrita ocurre en 1494.

El whisky irlandés se distingue por su suavidad y complejidad de sabores, resultado de un proceso de elaboración meticuloso y tradicional. Algunas de sus características clave incluyen:
- Triple destilación: Este proceso, a diferencia de la doble destilación escocesa, confiere al whisky irlandés una mayor suavidad y pureza.
- Variedad de estilos: Desde el Single Malt, elaborado exclusivamente con cebada malteada, hasta el Single Pot Still, una mezcla única de cebada malteada y sin maltear, el whisky irlandés ofrece una amplia gama de perfiles de sabor.
- Envejecimiento en barricas de roble: El envejecimiento en barricas de roble, que previamente contuvieron bourbon, jerez o vino, aporta al whisky irlandés notas de vainilla, especias y frutas.
